lunes, 28 de septiembre de 2009

Enganchada

Pues sí, pero seguro que no adivinaríais a qué.
Voy a dar pistas.
No es nada que empiece por S.
No es al chocolate.
No es a las series que empiezan sus nuevas temporadas (pero ya caerá).
Hablemos de sonido. No me canso de escuchar a cierto grupo.

¿Quién se atreve a apostar?











¿Sorprendid@s?


En fin, esta semana estoy sin coche, y sin entrenamientos de voley. Pero no me importa, voy a entrenar lo que pueda por mi cuenta.

jueves, 24 de septiembre de 2009

Hola de nuevo, tras una dura jornada laboral, y una sesión intensiva de relajación. Estos días estoy bastante estresada, muscularmente hablando, que me dan bastante caña en el equipo. Y encima hacer las cosas de casa yo sola me machaca la espalda, así que hoy me decidí a ir a la piscina y a la sauna. Ahora estoy relajadísima, y con bastante sueño, pa qué negarlo. Pero mañana, sí, por fín es viernes. Último día de la semana, y víspera del día en que hago nueva escapada a mi Asturies del alma. La putada es que el domingo me tengo que volver en tren, puaj!

No tengo mucho más que contar. Realmente mi vida es bastante monótona. ¡Ah, bueno! Ya tengo la primera quemadura de la temporada. Y el primer moratón. Y el día 10 jugamos en Vigo, ¿a qué hora? Ni idea, ojalá me dé tiempo para ir a Coruña esa noche con mi coche (y sin haberlo pensado una rima he formado... xD)

Últimamente noto mucho lo de vivir sola, pero no en el sentido de sentirme sola. Más bien es que no tengo con quién hablar dentro de casa, y pienso en alto. A ver si no lo cojo por costumbre, porque no debe de ser nada sano decir todo lo que piensas en voz alta en medio de un bar abarrotado de gente... sobre todo cuando la mitad de pensamientos son para criticar negativamente, muajaja!!
Buf, ¿no veis? ¡Me acabo de reír a gritos! Qué mal hace estar sola...

En fin, a portarse bien y a ser felices.

Pd: ¡¡Monforte!! ¡¡Qué injusta es la vida!!

domingo, 20 de septiembre de 2009

¿Qué es esto?

No puede ser esto... no, no puede ser. No puede ser que actualice cada cinco días. ¿Tan aburrida es mi vida? ¿Tan monótona resulta mi existencia?
La respuesta es no. Es sólo que soy muy vaga xD

Desde el martes hice muchas cositas, una de ellas fue ir a entrenar otro día con el equipo Narón Voley. Acabé con agujetas, lo que denota lo bien que estoy físicamente. La verdad que pensé que los entrenamientos iban a ser menos intensos, pero me han sorprendido gratamente: pese a que no hay la calidad de juego de la Curti, la intensidad me motiva mucho, y el ambiente también. Creo que me va a gustar jugar por aquí. Ya está puesto el calendario en la Federación Gallega de Voleibol, empezamos el día 10 de Octubre en Vigo. Cosa que no me viene nada bien, que me iba a ir de puente a una casa rural, jolín... A ver ahora como hago...

Cambiando de tema, como hay pocos pacientes, el viernes me pude tomar la tarde libre, así que nada más salir por la mañana del trabajo, dejé la casa lista para el fin de semana, me cogí el coche, y marché. Paré a comer en Barreiros, y luego del tirón pa casa. Cómo me prestó... todo el finde. Llegué a las cuatro y media de la tarde, fui a entrenar a los Canapés, hice dos tratamientos rápidos (y efectivos), fuimos a cenar Pau y yo por ahí, y luego dormimos las dos en mi casa. Decisión espontánea e imprevista, jaja. Luego el sábado... el plan era levantarnos pronto para ir a Oviedo de compras, pero no contamos con el gen de marmotismo congénito que ambas compartimos, con lo cual nos quedamos sin ir. Pero lo compensé por la tarde pues, tras una comida genial en familia, nos fuimos mi madre, mi hermana y yo a Hipercor, pero antes pasamos por la sección de calzado de El Corte Inglés, donde me compré tres pares de calzado. ¡Me siento realizada! ¡Me encantan mis zapatitos nuevos! ^^
Y por la noche, fiesta que te crió. Toooooda la noche, hasta las 6 y pico, de marcha por Oviedo. Tenía ganas de una noche así, sí señor. Durmiendo después hasta las 12 y media en casa de Omar, y por la tarde, de vuelta a Ortigueira con el coche.

Ahora a volver a la rutina, hasta el sábado que volveré a Asturias y, con suerte, cambiar de Toledo a Ibiza, jeje. Esperemos, si no estaré una semana sin coche, ¡qué horror!

Saludos a todos!!

Pd: España campeona del Eurobasket. ¡Olé!
Pd2: podéis firmar si queréis, eh... ¬¬

martes, 15 de septiembre de 2009

Tiempo ha que no pisaba estos lares...

¡Por fin una nueva actualización! Tengo un poco de tiempo entre hacerme la cena y llegar del currele, así que voy a aprovechar para poneros al día.

Llevo tanto sin actualizar porque no pisé casa el tiempo suficiente como para ponerme con el ordenador. El martes pasado, vinieron mis padres a visitarme, y el jueves de noche nos volvimos para Avilés. El viernes, Omar y yo cogimos un avión para ir a Port Aventura el sábado, y volvernos el domingo. Y ayer acompañé a mi hermana a vacunarse, fui a por los presupuestos de seguro del coche, y luego me tiré la tarde de viaje y entrenando. Como veis, será una entrada bastante larga.

Veamos… La visita de mis padres no da mucho de sí para contar, porque yo mientras tenía que trabajar. Pero bueno, el miércoles comimos en Cariño, y luego fuimos al cabo Ortegal, que menudo vientecito, y vaya acantilados más pequeños y poco afilados (ironía!). Por la tarde-noche, nos acercamos a San Sadurniño, pa’ que yo conociera a mi ya actual equipo de voley, y hasta entrené y todo. Así estaba al día siguiente de agujetas… Luego volvimos para casa, cenamos pizzas, vimos la tele, y preparamos las maletas, que al día siguiente dejábamos el nido temporalmente.

El viernes, tras hacer las maletas y visitar a mis abuelas para despedirme, tiramos dirección Santander para pillar el avión. Comimos en el Royal III (la casa azul – Los Tánagos), y llegamos con mucha antelación al aeropuerto. El vuelo salió con retraso, pero volamos bien, y cómodos, y llegó con bastante puntualidad a Reus. Para ir hasta Salou, que es donde teníamos el hotel, pillamos el autobús (¡¡10€ ida y vuelta!!), nos cogieron los datos para saber por donde recogernos el domingo, y nos dejaron a 100 metros del hotel. Llegamos justitos para cenar en el buffet.
Al día siguiente, por la mañana, desayuno buffetero, con tostadas, cereales, frixuelos, colacao, zumos, huevos, y demás, forrando bien el estómago para no tener que gastar en comida en el parque, que lo ponen muy caro. Fuimos caminando hasta la entrada (15 minutos largos), y luego fuimos caminando, pasando por todas las zonas, hasta China, que estaba cerrada. Esperamos solo 5 minutos, y fuimos directos para el Dragón Khan, peeeeeero estaba fuera de servicio temporalmente. Volvimos sobre nuestros pasos, y fuimos al tren de la mina, o El Diablo, luego a la caída libre (brutal, del todo), Tomahawk, Stampida (tremendísima), Rápidos, troncos locos, Tutuki Splash!, Dragon Khan (por fin, una auténtica pasada, y no me mareé!), Sea Odissey, y Furius Baco (impresionante). Contando que era sábado, y que hacía buen día, obviamos el hecho de que tuvimos que esperar mucho tirando a demasiado en según que atracciones (Tutuki y Stampida), pero en otras nos coincidió muy bien. De todas formas, no nos dio tiempo para repetir en ninguna, nos fuimos de tiendas a comprar los regalos para nuestra gente. Y otra vez que casi nos quedamos sin cena, en fin.

Como teníamos el 2x1 en entradas, al día siguiente volvimos un rato para hacer fotos y comprar cosas que se nos había pasado, y luego estuvimos esperando una hora a un autobús que no pasó. Después de llamar a los teléfonos de información, y de que nos cayera una tormenta de verano encima, llamamos a un taxi para el aeropuerto. 30 eurazos ni más ni menos. Y estamos a la espera de que nos respondan a la reclamación que pusimos, que no sé si haremos algo, pero bueno. Salvando ese “detallito”, el vuelo de vuelta fue mejor que el de ida, el parking del aeropuerto de Santander tiene un precio bastante aceptable, ¡y las corbatas del Royal están cojonudas! ^^

Bueno, y el día de ayer se pasó prácticamente el mi viaje de vuelta a las Galicias. Llevé a Omar a Ferrol para que cogiese el tren hacia Coruña, y luego yo me fui a entrenar. Me lié un poco con el TomTom, pero bueno, gajes del oficio. Y después, de noche con un faro sin conectar, por la carreterita de Ortigueira, vaya peligro. Menos mal que se me ocurrió poner las antiniebla, que si no iba más bien ciega.

Y hoy estoy con agujetas, sin leche de brik, y a punto de cenarme una ensaladita. Este finde, como ya tengo coche, me vuelvo para la city, así que espero que alguien nos llame para salir. O para tomar algo, como poco.

¡A ser felices!

jueves, 10 de septiembre de 2009

¡¡Míííío en breve!!




Pozi, pozi, pooooozi!!

¡A finales de mes, más o menos, será mío! Y mientras tanto, con el Toledo de mamá =D

¡No quepo en mí de gozo!

lunes, 7 de septiembre de 2009

¡¡Mudanza inminente!!

Jo, pues eso. Que mañana cambio de casa, y tengo mil cosas que llevar. Por eso el finde no actualicé nada, estuve empaquetando (entre otras cosas) y no me sentía con fuerzas para hace una actualización como es debido. Por eso mismo, ésta tampoco lo será.


Aún me queda por guardar toda la ropa interior, bañadores, bikinis, cazadoras, cosas de aseo, algo de menaje, y toda la comida. Comparado con lo que ya tengo empacado, no es nada, desde luego, pero ya no me quedan bolsas donde meterlo...



Eso sí, voy a tener que pensar donde guardo cada cosa en mi casa, porque... será por falta de sitio... Al menos, comparandolo con cómo estoy ahora. Ya he quitado las fotos de la pared, y creo que las voy a poner ahí, enfrente de la mesa, pero no encima del acumulador, que si no seguro que en invierno se me estropean todas...

Por cierto, ¿os habéis fijado en lo grande que es el salón? Porque hacia el lado donde se ven esos sillones hay un espacio del mismo tamaño que el del lado de la mesa! =)
Tengo que ir a hacer limpieza hoy, antes de ir a currar, si me da tiempo un poquito, y a llevar alguna que otra cosilla, para ir ahorrando viajes.


Ya iré contando cómo me van las cosas. Ah, mi habitación es malva.

jueves, 3 de septiembre de 2009

Últimos días de verano

¿Qué os parecen las tormentas de verano? A mí, de pequeña, me encantaban. Sobre todo cuando veraneaba en un camping de León, al lado de Valencia de Don Juan, y escuchaba los goterones caer en el techo de la caravana, o en el avance. Adoraba la sensación de estar resguardada del frío, la lluvia y el viento. Igual que en los últimos días de verano, en que ya sacaba los vaqueros largos y una sudadera (al menos en el norte), y guardaba las sandalias, para bajar a las fiestas de Versalles. En serio, la sensación de estar resguardada y protegida del posible frío era algo que me encantaba.

Ahora, esa sensación me sigue pareciendo buena, pero no tanto como antes. Porque este verano, no ha sido verano, ni ha sido , porque no tuve tiempo, ni hizo tiempo para ir a la playa. Un verano de curranta, como diría mi madre. Todo esto viene a que ya tengo puestos los playeritos, y los vaqueros largos (aunque no llegué a guardarlos del todo), y que estos días está haciendo un tiempo de perros. Ayer me sentía como si ya fuese pleno otoño, y hoy... bueno, casi ni hablamos. Por la mañana hacía hasta calor, y como he tenido la tarde libre me decidí a salir a correr (porque el gym está cerrado) por el paseo litoral de la ría, que se puede coger aquí a 500 metros de mi casa, y da toda la vuelta al litoral de la ría hasta llegar a la playa de Morouzos (para más info: http://www.concellodeortigueira.com/turismo/intro3.php?txt=turismo_rotas&lg=cas, la de color amarillo). Tiene unas vistas brutales, y unos rincones como éste:
Ahí, al borde de la pasarela, me senté un rato a descansar y a escuchar el agua romper contra los pilares, con el viento acariciándome la cara. Me relajó mucho.
Bueno, a lo que iba. Salí a correr, pero estoy fatal de forma, y tuve que parar al llegar a las escaleras que dan al camino de tierra. No debí de llegar a correr ni dos kilómetros, ¡patético! Luego, fui caminando hasta llegar a éste lugar, donde me relajé (5 minutos) de mi frustrada salida deportiva, y luego seguí con la ruta. Caminé hasta la salida a la carretera, y luego por el asfalto pude continuar corriendo un rato. Peeeero, llegó un momento en que el asfalto se acabó, volví al camino de tierra y a los miles de escaleras (sí, escaleras, tropecientas p'arriba y otras tantas p'abajo. Demasiado desnivel), con lo cual caminé otro ratito, hasta llegar a la playa, donde fui a ver la laguna (agua estancada y muchos bichos xD), y luego exploré un poco por la zona del arenal de la ría, justo antes de la desembocadura. No se otros días, pero lo que es hoy, no había nada. Más tarde (aquí viene el quid), cuando ya me había mentalizado para volver a trotar cochineramente ¡empezó a llover! Benditas tormentas de verano... Si ya me fatigaba poco con toda la humedad de la zona, y el taponamiento de nariz que arrastro (¿qué? ¿os suena a excusa? Pues totalmente cierto, al igual que estoy en pésima forma), el agua cayendo sobre mi sudadera del cártel de DOUAI, y el viento soplando en mi contra tampoco me ayudaban demasiado. Por suerte, y como toda tormenta veraniega, a los 10 minutos no quedaba nada. Salvo yo, empapada, por supuesto. Fue un alivio llegar a casa, pero no tanto cuando confirmé que lo que había notado en la planta del pie, arco longitudinal interno, era una rozadura. Ahora tengo el pie con dos parches para las ampollas, a ver si tengo suerte y no sufro demasiado. ¿Algún consejo para la próxima vez?
Pd: Madre mía, ¡releyendo mis entradas me he dado cuenta de que soy una quejica patológica! Y, sin embargo, soy feliz de la vida. Que irenía... estooo, ironía, ¿no?

martes, 1 de septiembre de 2009

Máquinas infernales

Las obras en las carreteras son un asco, ¿verdad? Un mal necesario, que dirían algunos. Se supone que en cuanto terminen, la circulación será mejor y más fluida, pero mientras tanto, los coches están circulando por un solo carril, turnándose los de un sentido y el contrario. Tanto es así que, cuando íbamos camino de la clínica en el coche de Marta (no suelo ir en coche, pero si me la encuentro no le puedo hacer el feo), nos encontramos con una fila de automóviles que venían en sentido contrario. Nos tuvimos que subir a la acera, y circular por ella un tramo, hasta que dejaron de pasar. Pero ¡menudo susto! ¡Y cuando volví a casa, casi me atropella una apisonadora! No, exagero. Tuve que esperar a que se quitara del camino, porque yo iba caminando y no quería acabar como una calcomanía en el asfalto, y cuando entré por fin, pasó por mi lado seguida de otra máquina infernal de ésas. Ahora están aparcaditas aquí al lado, poniendo cara de no haber roto un plato en la vida, y menos haberse cargado media carretera de Ortigueira. Pero a mí no me engañan, no señor. Un día, las máquinas se rebelarán, y entonces lo tendremos jodido.

¿Y todo esto a qué venía? Ah, sí. Que las obras son un asco. Y las mudanzas también. El próximo martes, cuando lleguen mis padres, me voy a trasladar, pero todo el montante que tenemos que llevar hasta allí no me lo quiero ni imaginar. El fin de semana ya lo tengo más o menos planificado para comenzar a empaquetar cosas que no necesite el lunes, y el lunes seguiré guardando cosas que el martes no vaya a utilizar. Me voy a ver con una cantidad de cajas, bolsas y maletas que no va a ser normal. Pero bueno, ahora si alguien me pregunta si me voy de casa, puedo decir honestamente que sí.

Ya he estado pensando a grandes rasgos cómo voy a colocar las cosas en mi nuevo piso. Creo que hasta tengo una mesa para el ordenador y todo, la tele ya sé donde se va a poner, los libros van a estar en la estanterías… esas cosas insignificantes. Lo que no sé es dónde poner las fotos que revelé al venir para acá. Si las pongo en el salón comedor, probablemente no las vea desde la otra esquina del cuarto, porque es tan grande… Y si las pongo en la habitación, igual no las veo mucho tiempo. No sé, tengo que pensarlo.
Dado que el salón-comedor es tan grande, puedo recibir visitas siempre que quiera, sin importar si ya tengo a alguien alojado (no creo que se dé esa circunstancia). De hecho, si para el festival del año que viene, alguien se quiere venir, que se vaya apuntando, y mira que aviso con tiempo, pa que sus enteréis toos. Que este año alguien me dijo de venir, y al final sólo vino mi niño. Y los dos, como puestos por el ayuntamiento, viendo los conciertos sin movernos del sitio. Un día, dedicaré una entrada al festival celta, para que sepáis lo que os perdisteis.

Mañana entro más tarde de lo habitual a trabajar, así que aprovecharé a dormir un poco más, y a hacer algo por la mañana: ir al banco, comprar el pan… esas cosillas. No gran cosa, pero lo suficiente como para no tener que andar luego con prisas.
Eso es todo. Sed buenos.