martes, 19 de enero de 2010

La primera vez que fui a Mercadona a por cosméticos, mi hermana se fijó en el reparador labial pues, con el frío, a las dos se nos agrietan mucho los labios. Como no era caro, igual que la mayoría de cosas de Deliplús, decidimos llevárnoslo. Pero… ¡craso error!



El producto es en formato crema espesa, tirando al gel, y promete reparar e hidratar en profundidad los labios dañados. A mí no me hacía tal efecto, y al principio lo achaqué al frío, pero cuando las temperaturas subieron un poco, y me di cuenta de que por las mañanas tenía los labios más hidratados que antes de acostarme, se rompió el hechizo. No me gusta nada este producto.



Tiene un olor agradable y, nada más aplicarlo, sí da una sensación de hidratación. Sin embargo, en cuanto se absorbe, deja los labios acartonados y resecos. A mí me daba la sensación de que los pellejitos de mis labios se habían endurecido, como si mis labios tuviesen exoesqueleto. ¡Qué grima!



Ahora ya tengo los labios mejor, pero porque he vuelto a la vaselina Gal de frambuesa, la de toda la vida. ¡Y bien contenta que estoy con ella!


Resumiendo, que ni me volveré a comprar este producto, ni lo recomiendo. Mejor estaban haciendo otras cosas…

1 comentario:

  1. Bueno, a mí me gustaba más tu vida que las estanterías de los supermercados...

    ResponderEliminar